lunes, 15 de agosto de 2011

Inger Enkvist: “Hoy el alumno quiere aprender sin hacer ningún esfuerzo”





Inger Enkvist: “Hoy el alumno quiere aprender sin hacer ningún esfuerzo”
Desde Suecia anda recorriendo el mundo comparando los sistemas educativos. La profesora Enkvist ataca las “nuevas pedagogías” que promueven el facilismo en la escuela y propone un retorno a la educación clásica sin por ello negar las nuevas tecnologías.

La profesora Enkvist antes de hablar sobre su pasión, la educación, nos advierte: “Me dirán de todo por lo que pienso, me llamarán reaccionaria y esas cosas, pero alguien tiene que intentar defender a los chicos que no se pueden defender por sí solos”.

A partir de allí, en entrevista con Los Andes, empieza su feroz diatriba contra lo que denomina las “nuevas pedagogías”:

-Son las que se fueron imponiendo desde los años ‘70, con la idea de que el profesor no tiene por qué estar enseñando, estructurando el conocimiento o exigiendo, sino que la educación puede ser más libre, más divertida y que el alumno pueda elegir lo que quiere estudiar, el orden en que lo quiere hacer y que los exámenes -en realidad- no son tan necesarios porque los chicos aman tanto el conocimiento que lo buscarán a su tiempo y por el camino que les convenga.

-¿Qué cambios en la teoría educativa trajeron estas nuevas pedagogías?

-Todo se resume en una fórmula: colocar al alumno en el centro del proceso educativo. Algo que de tanto repetirse suena como muy inocente pero en realidad engloba un reto total a la educación tal cual la conocemos.

-¿Cuál educación?

-La educación de antes, tradicional, clásica, que era una especie de torre donde los estudiantes estudian el primero, segundo curso y así van avanzando. No sólo por la edad sino también por saberes. Es algo estructurado donde un profesor que enseña a un chico de 13 años sabe que éste ya adquirió ciertos conocimientos y entonces sigue desde ahí, no desde cero. Hay también exámenes para obligar a los alumnos a aprender ciertas cosas antes de continuar.

-¿Qué cambios trajo la nueva pedagogía?

-Ella supone un cuestionamiento total a esto; en ella el profesor debe acercarse al alumno y elaborar un programa individual para cada uno. Toda la obligación recae en el profesor, que debe inventar programas… multivalores… interesantes… individualizados y.... actualizados. Además el que evalúa -por lo menos idealmente- es el alumno. Con eso lo que se logra es que el chico sólo quiera aprender lo que no le cuesta ningún esfuerzo.

Con esos estudios que, por sobre todo, buscan ser atractivos, el chico basa sus juicios en caprichos personales, prefiere la irracionalidad al análisis o autoanálisis y cree tener derecho a pronunciarse sobre todo, porque cree que su opinión vale como cualquier otra opinión. Tiene una actitud absolutamente antieducativa: esto es lo que genera un sistema que coloca al alumno en el centro de la educación.

-¿El centro debería ser el maestro?

-No, el centro debería ser el aprendizaje y tanto el maestro como el alumno deberían concentrarse en el aprendizaje, porque la escuela la hemos construido para eso. Invertimos en ella para que los alumnos aprendan y el maestro los ayude. Pero hoy los alumnos dicen: “Si el maestro me gusta estudio, pero hay maestros que no me gustan, entonces dejo de estudiar con ellos”.

También dicen: “Algunas materias me atraen, pero otras no me interesan y no las estudio”. Que la sociedad haya determinado una cierta combinación de conocimientos donde algunas cosas les guste y otras no, los tiene sin cuidado. Estudian lo que quieren, nada más. Pero eso sí, quieren el certificado de estudios totales. No quieren hacer el esfuerzo pero quieren la recompensa.

-Yo quisiera la educación de nuestros padres más un plus. Pero usted parece proponer sólo volver atrás y punto.

-No, en la Argentina una parte de la reforma quizá sería volver atrás, pero muchos países -como Finlandia o Estonia- hoy tienen un excelente nivel educativo porque aplican la actitud seria que tenían antes los países más avanzados, también ustedes. Por eso deben volver atrás sólo los que se han equivocado mucho, porque otros países están subiendo, subiendo, subiendo.

-El autoritarismo, la falta de diálogo, la relación distante con el maestro, todas cosas que antes proliferaban en la escuela clásica ¿no son también razones de la nueva pedagogía que quiere mayor diálogo y menos autoritarismo?

-No lo creo. Voy a provocarlo un poco con mi respuesta (risas) porque lo que usted me pregunta es un planteamiento político que han introducido en el colegio. Está muy bien oponerse al autoritarismo en la sociedad, entre adultos y a nivel político.

Pero es un gran error decir que un joven en camino de abrirse al mundo y de encontrarse a sí mismo no necesita una guía. La meta de la escuela es que los alumnos adquieran conocimientos para convertirse en personas autónomas que no sean autoritarios ni tampoco acepten el autoritarismo en otras personas, pero para llegar a tener ellos necesitan saberes, también necesitan un cierto control sobre sí mismos, formular un plan y cumplirlo.

-¿La educación anterior daba todo eso?

-No lo daba plenamente, pero es un argumento que siempre se pone como excusa, o que había muchos profesores autoritarios... Claro que no era siempre buena la educación antes, pero lo que se debería dejar de lado es un poco las grandes palabras y preguntarse con qué sistema aprenden mejor los alumnos para llegar a ser adultos competentes, buenos ciudadanos, con una visión relativamente optimista de la posibilidad de colaborar en la sociedad. Eso es lo que queremos.

Lo más fácil para evitar las trampas ideológicas es comparar qué colegio tiene el mejor resultado. Pero ahora seguro que me preguntará lo mismo que todos me preguntan llegado a este punto

-¿Qué debería preguntarle?

-Si sólo son importantes los conocimientos, si la escuela no debe ofrecer otras cosas: actitudes, valores. Claro que sí, le respondo antes que me lo pregunte. Pero en todo el mundo las escuelas con éxito logran buenos resultados académicos no sólo inculcando saberes sino también con un buen ambiente y un respeto hacia el alumno.

Porque si no hay un respeto hacia el alumno tampoco se logran buenos saberes, así que no hay una oposición y sólo los que quieren dar un rodeo para minimizar la importancia del conocimiento, no ven eso.

-En la Argentina, la ideología que gobernó los ‘90 fue neoliberal y hoy los que gobiernan dicen ser su antípoda, pero el plantel educativo y sus ideas han sido los mismos en ambas épocas... antes eran asesores, ahora ministros, pero en general todos defienden la pedagogía que usted critica. ¿Por qué cree que ocurre eso?

-Mi explicación es -sin conocer exactamente la situación aquí- que los departamentos, el mundo de la pedagogía ha sido (suena un poco brutal, pero debo decirlo) tomado por grupos políticos. Son grupos políticos aunque se presenten ante la sociedad como científicos, porque sus propuestas son mucho más políticas que educativas. Cuando no había comparación internacional de resultados educativos, nadie podía contradecirlos porque ellos eran los expertos. Pero ahora se están viendo sus fracasos.

-Varios de ellos creen que hoy la escuela debe ser el último baluarte de la resistencia al neoliberalismo y seguro que a usted la criticarían por buscar introducir el neoliberalismo en la escuela...

-Sí, precisamente así hablan, y esto muestra que son políticos. En vez de poner el conocimiento en el centro del proceso educativo, ponen la política, entonces hacen de la educación una instrucción, una doctrina, más que una formación libre. Vacían la educación de contenidos para poner allí un contenido político.

-¿Puede haber educación sin política?

-Sí, y tanto es así que los que hacen política con la educación saben en su interior que están intentando engañar a la sociedad. ¿Cómo se lo pruebo? Porque la mayoría de ellos suele poner a sus hijos a estudiar en colegios que enfocan en el conocimiento. Ésa es la mayor perversidad: averigüe si no dónde ponen a estudiar sus hijos la mayoría de los socialistas españoles: en un colegio muy famoso que llaman del Pilar.

En Inglaterra, Blair llevó sus hijos a un colegio católico; los dirigentes franceses, igual, igual, igual. O sea, cuando se trata de sus propios hijos muestran lo que realmente piensan. Para ellos no quieren política, sino educación.

-¿Puede haber una síntesis entre lo que se hizo en las nuevas pedagogías con lo anterior, o hay que empezar todo de nuevo?

-Empezar de cero es una tontería. No se trata de cambiar los planes de estudios. Lo más importante sería mejorar el nivel de los profesores, la formación docente y luego introducir un poco más de exigencias en el sistema. No se trata de cambiar todo de golpe sino de hacer pequeños cambios en todos los frentes a favor de la calidad. El deterioro ha sido lento y la recuperación será lenta también.

-Antes en la escuela se aprendía, pero afuera no había conocimiento o había poco, pero ahora hay información por fuera y cada vez más... La escuela tradicional ¿se podrá adaptar a esta sociedad del conocimiento o de la información?

-Esto que usted dice tiene algo de verdad. Hay varias cosas que son nuevas: primero hoy el alumno puede aprender fuera de la escuela, es muy posible. Puede aprender también sin el profesor.

Pero una de las especificidades de la educación escolar es que el profesor organiza el trabajo de aprendizaje, corrige los los malentendidos, propone una progresión lógica que ayuda al niño a cumplir con esfuerzo y llegar a la meta, mientras que el conocimiento que uno adquiere afuera, individualmente o por Internet es fragmentario.

La mayoría de las personas hoy manejamos ordenadores, lo cual es relativamente fácil y eso lo demuestran los chicos que aprenden a manejarlos solos y en su casa. Pero manejar un computador no es lo más importante. El verdadero problema es adquirir saberes que piden un esfuerzo largo, como las matemáticas o la lengua extranjera o las cronologías históricas o las relaciones entre causa y efecto en física, biología, etc.

-Terminemos con una definición filosófica, ¿cuál es para usted la relación entre educación y naturaleza humana?

-Mucha de la nueva pedagogía dice que el niño aprende naturalmente en su entorno. Un niño pequeño sí, aprende a caminar o hablar y aprende del ambiente, pero no es natural saber biología.

Es muy difícil adquirir ese conocimiento desarrollado por siglos. Si queremos tener esos saberes -bueno- debemos pasar por el aprendizaje. No hay otra manera. Y esto no es natural, ya que pensar que un niño sin ningún interés especial por alguna materia de pronto se meta a aprender biología, no tiene nada de realismo.




Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2009/8/16/opinion-440693.asp

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