viernes, 13 de abril de 2012

Entrevista completa a Fritjof Capra. Doctor en física teórica, educador y ecologista




Entrevista completa a Fritjof Capra. Doctor en física teórica, educador y ecologista


"Uno de sus libros se titula El punto crucial (The Turning Point). ¿Qué significa exactamente? Desde que lo escribió a principios de los ochenta, ¿cree que estamos más cerca o más lejos de ese cambio?

"Con “punto crucial” me refería al cambio fundamental de filosofía que se está produciendo en la ciencia y la sociedad, el desarrollo de una nueva visión de la realidad y las implicaciones sociales de esta transformación cultural. A principios de los ochenta me parecía inminente un cambio drástico de paradigmas. Y, ciertamente, con la aparición y difusión del movimiento verde en Europa y otras partes del mundo durante los ochenta, la nueva filosofía ecologista avanzaba a grandes pasos. Sin embargo, en los noventa la revolución de la tecnología de la información introdujo un nuevo materialismo y un nuevo capitalismo global, y tuvo que pasar casi otra década para que la conciencia ecológica resurgiera con fuerza. Creo que, en cuanto a los valores, actualmente estamos más o menos igual que a finales de los ochenta, pero ahora contamos con una sociedad civil mundial muy potente que promueve dichos valores.

Según usted, una de las principales causas de las múltiples crisis actuales (medioambiental, financiera, alimentaria, energética...) es un problema de perspectiva. ¿A qué se refiere?


Cada vez es más evidente que los grandes problemas de nuestra época —la energía, el medio ambiente, el cambio climático, la seguridad alimentaria y económica— no se pueden entender por separado. Son problemas sistémicos, lo que significa que están interconectados y son interdependientes. De hecho, todos esos problemas deben verse al fin y al cabo como diferentes facetas de una única crisis, que es principalmente una crisis de percepción. Deriva del hecho de que la mayoría de las personas de nuestra sociedad, y especialmente nuestras grandes instituciones sociales, suscriben los conceptos de una filosofía anticuada, una percepción de la realidad inadecuada para abordar nuestro mundo superpoblado y globalmente interconectado.

Desde el punto de vista de los sistemas hay ciertos principios intrínsecos a todos los mecanismos del universo, a la forma en que se manifiesta la realidad en los seres vivos y en la materia inerte. ¿Cuáles son esos principios? ¿Es la creatividad uno de ellos?

Si nos fijamos en los grandes problemas de nuestro tiempo, observamos que todos tienen que ver con sistemas vivos, con los humanos y otros organismos vivos, con los ecosistemas y los sistemas sociales. A lo largo de los últimos veinticinco años, aproximadamente, ha surgido una nueva visión sistémica de la vida en la vanguardia de la ciencia. Según esta nueva visión científica, existen efectivamente varios principios de organización comunes a todos los sistemas vivos (autoorganización, redes, bucles de retroalimentación, etc.). La creatividad, la generación de nuevas formas, es uno de esos principios. La aparición espontánea de orden en puntos críticos de la inestabilidad se ha reconocido como la dinámica que sustenta la creatividad de la vida.

Afirma usted que nuestra civilización se ha distanciado de nuestra base biológica y ecológica más que cualquier otra cultura o civilización anterior. ¿A qué lo atribuye? ¿En qué situación nos deja?

Creo que el dilema principal reside en la capacidad de abstracción, que es la característica central de la conciencia humana. Nos ha dado los grandes logros culturales de la humanidad, pero también nos ha llevado a tratar el medio natural como si constara de varias partes independientes que explotar por parte de diferentes grupos de intereses. Además, hemos extendido esta visión fragmentada a nuestra sociedad humana, dividiéndola en diferentes naciones, razas, religiones y grupos políticos. La creencia de que todos esos fragmentos —en nosotros mismos, en nuestro entorno y en nuestra sociedad— son realmente independientes nos ha alejado de la naturaleza y de nuestro prójimo, y por tanto nos ha empequeñecido. Para recuperar nuestra plena humanidad debemos recuperar nuestra experiencia de conexión con toda la red o trama de la vida. Esta reconexión, religio en latín, es la esencia misma de la espiritualidad ecológica.

Como científico, ¿cómo definiría usted la ciencia? Parece que hoy en día la ciencia sea la nueva religión incuestionable, la única visión objetiva que los humanos han desarrollado como medio para comprender la realidad de un modo realmente fiable. ¿Qué le parece?

La ciencia puede definirse como un corpus de conocimiento que se adquiere mediante un método particular, conocido como el método científico. Es una empresa colectiva que implica una observación sistemática de los fenómenos que se estudian, la construcción de modelos teóricos y teorías y la comprobación de esos modelos mediante más observaciones. Pero la ciencia no es la única vía válida para comprender la realidad. Existen también las vías de artistas, místicos y chamanes, por mencionar sólo algunas. Estas vías de conocimiento generan diferentes descripciones del mundo, verbales y no verbales, que enfatizan diferentes aspectos. Todas son válidas en los contextos en los que surgen, pero todas las descripciones, incluso la científica, son representaciones limitadas de la realidad. Ninguna puede dar una visión completa del mundo.

Su último libro trata de la sorprendentemente poco conocida obra científica de Leonardo da Vinci. ¿Qué le ha llamado más la atención de la obra y el método de este genio?

Leonardo desarrolló lo que hoy conocemos como método científico cien años antes que Galileo, a quien se reconoce habitualmente como el padre de la ciencia moderna, y lo utilizó para crear una ciencia de las formas vivas, las cualidades, los patrones de organización y los procesos de transformación que en muchos puntos es precursora de nuestros sistemas y teorías de la complejidad modernos.

Es usted fundador y director del Centro de Educación Ecológica (Center of Ecoliteracy). ¿Qué le parece la forma en que se aborda la educación medioambiental en nuestra sociedad? En su opinión, ¿qué debería impartirse y de qué forma para marcar la diferencia en las generaciones futuras?

El gran reto de nuestro tiempo es crear y mantener comunidades sostenibles, comunidades diseñadas de modo que sus estilos de vida, empresas, economía, estructuras físicas y tecnologías no interfieran con la capacidad intrínseca de la naturaleza para sostener la vida. El primer paso para alcanzar ese objetivo debe ser contar con una educación ecológica, es decir, comprender los principios de organización que los ecosistemas han desarrollado para sostener la trama de la vida. En las próximas décadas, la supervivencia de la humanidad dependerá de nuestra capacidad de comprender los principios básicos de la ecología y de vivir en consecuencia, por lo que la educación ecológica debería ser el apartado más importante de la educación a todos los niveles.

Usted afirma que los principios de sostenibilidad son universales. ¿Cuáles son estos principios? ¿Pueden aplicarse a los aspectos social y cognitivo de nuestra cultura?

Los principios de sostenibilidad, o principios de ecología, son los principios básicos de organización de todos los sistemas vivos. Tenemos que enseñar a nuestros hijos, a nuestros estudiantes, a nuestros dirigentes empresariales y políticos, estos principios fundamentales de la vida: que lo que una especie desecha es el alimento de otra, que la materia se recicla continuamente a través de la trama de la vida, que la energía que alimenta los ciclos ecológicos procede del sol, que la diversidad garantiza la capacidad de recuperación, que la vida, desde sus inicios hace más de tres mil millones de años, no ha conquistado el planeta por la fuerza, sino creando una red.
Vivimos una época de inestabilidad, lo que desde el punto de vista de la teoría de la complejidad es terreno abonado para la emergencia y la bifurcación. ¿Qué cree que puede surgir de estos tiempos de crisis?
La teoría de la complejidad nos enseña que todo sistema vivo encuentra ocasionalmente puntos de inestabilidad en los que puede darse un colapso o, con mayor frecuencia, la aparición espontánea de un nuevo orden. En nuestra crisis global, el colapso sería la destrucción del hábitat de la humanidad en el planeta a través del cambio climático y otros desastres medioambientales, mientras que el nuevo orden sería un futuro humano ecológicamente sostenible. Actualmente poseemos el conocimiento, las tecnologías y los medios económicos para construir este futuro sostenible. Ahora sólo nos falta la voluntad política y el liderazgo.


Un valor que según usted hay que cambiar es el valor quintaesencial del capitalismo, según el cual ganar dinero es siempre mejor que cualquier otra cosa. Ese cambio parece un objetivo de lo más razonable, pero al fin y al cabo también es bastante idealista y prácticamente imposible de lograr en una sociedad como la nuestra. ¿Como haría usted para conseguirlo?

La crisis económica y financiera actual ha revelado de forma drástica el fracaso de nuestro sistema capitalista global. En varias reuniones del Foro Social Mundial, la coalición de diversas ONG conocida como sociedad civil mundial ha propuesto de forma detallada políticas alternativas basadas en los valores de la dignidad humana y la sostenibilidad ecológica. Estas políticas incluyen propuestas concretas y radicales para reestructurar nuestras instituciones financieras mundiales, que cambiarían profundamente la naturaleza de la globalización".



Fritjot Capra
"Doctor en Física teórica por la Universidad de Viena en 1966, Fritjof Capra ha trabajado como investigador en física subatómica en la Universidad de París, en la Universidad de California (U.C.) en Santa Cruz, en el Acelerador Lineal de Londres y en el Laboratorio Lawrence Berkeley de la U.C. También ha sido profesor en la U.C. en Santa Cruz, en Berkeley y en la Universidad de San Francisco.

En paralelo a sus actividades de investigación y enseñanza, desde hace más de 30 años Capra ha estudiado en profundidad las consecuencias filosóficas y sociales de la ciencia moderna. Sobre este tema imparte seminarios y conferencias, con relativa frecuencia, en diversos países.

Su producción literaria se inició con la publicación de un icono moderno: El Tao de la Física, best-seller que supuso el punto de partida de numerosas publicaciones sobre la interrelación entre el universo descubierto por la física moderna y el misticismo antiguo, principalmente oriental.

Sus trabajos de investigación y divulgación siguientes incluyen estudios en que los postulados aportados por su primer libro se extienden a otras áreas, como la biología y la ecología, enfatizando en todos ellos la necesidad de alcanzar una nueva comprensión del universo que nos rodea como un todo en el que, para comprender sus partes, es necesario estudiar su interrelación con el resto de los fenómenos, pues su visión está basada en que la naturaleza de la realidad es un proceso creativo e interconectado en el que nada puede ser entendido por sí mismo, sino por su pertenencia a la infinita y extensa danza de la creación".




Fuente: http://www.agendaviva.com/entrevistacompletafrtjofcapra
http://es.wikipedia.org/wiki/Fritjof_Capra

Gregory Bateson: Un Pensamiento para la Complejidad.



GREGORY BATESON


“No es simple hablar de Gregory Bateson. Se trata de un pensamiento complejo que intenta -precisamente- sentar las bases para superar la reducción del razonamiento occidental y pensar la complejidad. Finalmente la "realidad" es tan sólo una red compleja de relaciones. Bateson es un personaje no encasillable en disciplina alguna que -sin embargo- se mueve en casi todas las esferas de las ciencias humanas : comunicación, antropología, psiquiatría/psicología, zoología, biología, etología, cibernética, etc. El acuña un término que pudiese rendir cuenta, de alguna manera, de su "diáspora disciplinaria" : el se ocupa de la HISTORIA NATURAL o, más precisamente... de la ECOLOGIA DE LA MENTE.
Se encuentra en Gregory Bateson una libertad de reflexión que sólo es posible entender a la luz de su mirada transdisciplinaria. Después de sus primeros trabajos de campo como antropólogo, e incluso ya allí ("Naven") no se encuentra en Gregory Bateson sino inter y transdisciplina. Lo que queremos plantear es simplemente que la dificultad de encasillar a Bateson en una disciplina no es un hecho arbitrario ni mucho menos trivial. Bateson se mueve entre diferentes disciplinas y de alguna manera se encuentra por encima de cualquiera de ellas. Pensamos que es -precisamente- esa condición de "mirar todo desde ningún lado" (que en términos batesonianos equivale a "mirarlo todo desde todos los lados") lo que le da libertad a su reflexión. Bateson toca todo sin comprometerse con nada que ya halla tocado aquello que él está tocando. Bateson todo lo ve desde un lugar que es inubicable. Ese lugar inubicable es justamente la TRANSDISCIPLINA.
Lo singular del pensamiento batesoniano se debe justamente a su amplio alcance y a su generalidad. Bateson desafía, con absoluta libertad, los supuestos básicos e incluso los métodos de las diferentes "ciencias" en las que incursionó. En una época caracterizada por la fragmentación y la especialización él se ubica en los límites de un pensamiento global, holístico. Fritjof Capra compara el pensamiento de Bateson con un holograma, como una forma de dar cuenta de que, al tomar cualquier "porción" de su pensamiento encontraremos siempre la totalidad del mismo.
Bateson busca relaciones nuevas. Construye relaciones. Su particular modo de pensar escapa y desafía fuertemente la lógica occidental que nos acostumbra (enculturización obliga) a métodos inductivos o deductivos. Bateson reflexiona "abductivamente", es decir, relacionando de un modo diferente los eventos o sucesos que caen bajo su mirada. La abducción batesionana es creativa por cuanto ella permite hacer surgir relaciones nuevas allí donde la cultura las oculta. En ese sentido su reflexión es terapéutica por cuanto des-concierta (rompe el "concierto"), confunde (co-funde...fusiona) y asombra (saca de la sombra). El mismo relata una anécdota (Espíritu y Naturaleza) que pudiese dar cuenta de lo que aquí queremos plantear :
Siendo profesor de un centro de estudios superiores, él recuerda, siempre con la ironía característica de él, cierto rumor que sobre él circulaba entre los alumnos. Se decía que Bateson sabía algo que no decía, se rumoreaba que él "escondía" algo respecto de lo que hablaba en clases. Supuestamente el no decía todo lo que sabia. Siempre "ocultaba" algo de su reflexión. Cuando un alumno se le acerca y en un tono de complicidad le da a entender que ha "captado" aquello que Bateson esconde (su co-sanguineidad irlandesa...dice el estudiante...)... Bateson se asombra. ¿Escondo algo yo....se pregunta?...indudablemente que no....se responde. ¿Cómo surge esa con-fusión ?......El instante es de iluminación...¿por qué esa sospecha del alumno?...no puede sino concluir que él (Bateson) piensa de una manera diferente a la que se acostumbra a pensar. Su modo de "razonar" era diferente al resto. Mas tarde dirá que su epistemología -definida por él como "el conocer como conocemos"- es diferente.
Bateson busca los principios de organización del pensamiento: ¿Como pensamos lo que pensamos?. Hay un desplazamiento de la mirada, del punto de observación. Se desplaza de las "cosas" a las relaciones entre las cosas. En este sentido lucha, casi desesperadamente, contra el lenguaje occidental por cuanto éste no es apto para dar cuenta de los procesos..de las relaciones. Es un lenguaje hipostasiante, cosificante, lineal y causal. En reiteradas oportunidades explicitará que nuestra lógica occidental de razonamiento -absolutamente patológica- se encuentra anclada en las estructuras lineales de nuestro lenguaje. Intenta superarlo mediante pequeños cuentos, historias que se encadenan unas dentro de otras como en un enorme circulo recursivo. Su lenguaje es metafórico, irrradiante. Contextual y configuracional. Volveremos sobre este punto.

UNA EPISTEMOLOGIA PARA EL CAMBIO CULTURAL.
I.-"Los hombres son mortales, II.-"La hierba muere,
Sócrates es un hombre, los hombres mueren,
entonces, Sócrates es mortal" entonces, los hombres son hierba"
Pensamos que en este segundo silogismo, bautizado por sus biógrafos como el "silogismo batesoniano", se puede sintetizar la potencialidad terapéutica del pensamiento de Gregory Bateson. Evidentemente "algo" no "cuadra" en aquello de que los hombres son pasto o hierba... y sin embargo, es obvio.... también lo somos. Algo tenemos de común con el pasto, algo nos une a la hierba. La "abducción batesoniana" nos permite establecer pautas comunes entre los hombres y el pasto. Se trata de un modo diferente de establecer relaciones...de buscar "pautas que conecten"...Si no vemos dichas relaciones (pautas/pattern) entre el pasto-hierba y el hombre es debido a nuestra lineal y unilateral forma de pensar. Nuestra epistemología es limitante. Castra y reduce la observación. Cierra los arcos de las relaciones entre los procesos. Impone una relación y queda ciega al enorme arco de otras relaciones posibles. Bateson buscará siempre poner en evidencia esos otros arcos relacionales. Son las "pautas (pattern) que conectan". En sus propias palabras (Espíritu y Naturaleza) :
"¿Que pauta conecta al cangrejo con la langosta? ... ¿y a la orquídea con el girasol?
....¿y que es lo que une a todo aquello entre si?...¿y todo ello conmigo?.. ¿y
a Ud. conmigo?...¿y a todos -nosotros y aquello- con la ameba por un lado y con el
esquizofrénico que encerramos por el otro...?.
Una de las ideas centrales de la epistemología que inaugura Gregory Bateson es el hecho de que la estructura de la naturaleza y la estructura de la mente (mind) son reflejos la una de la otra. La mente y la naturaleza constituyen necesariamente una unidad ("Espíritu y Naturaleza, una unidad necesaria" es precisamente el título del último de sus libros). De esta manera, la epistemología ("el meollo de la cuestión" acostumbraba a llamarla) deja de ser una filosofía abstracta para transformarse en una rama de la historia natural. En este punto se hace importante resaltar el enorme paralelismo existente entre las reflexiones de Bateson y las de Humberto Maturana. Baste señalar, por ahora, que el Departamento de Neurobiología y Neurofisiología que dirige Maturana en la Universidad de Chile, se le conoce también como el Departamento de Epistemología Experimental.
Centrándonos mas en el tema de las relaciones entre el cambio cultural y las reflexiones batesonianas quisiéramos plantear que, mas allá de los aportes teóricos conceptuales de Gregory Bateson -que permitieron abrir la mirada psicológica desde el individuo hacia los sistemas que lo constituyen en tanto tal en sus relaciones cotidianas- algunas hipótesis sobre los aportes del "estilo reflexivo" de Gregory Bateson. Ya hemos estipulado ciertas consideraciones sobre su particular forma de reflexionar e intentaremos ahora sistematizarlas un poco mas.
Forma y contenido. Ese es el asunto. Quién pretenda poner en evidencia la red de relaciones en la que se desenvuelven nuestras vidas y como esas relaciones se enmarañan unas con otras, se encuentra, obviamente, intentando encontrar formas comunes a procesos disímiles y diversos. Esa es la búsqueda de la "pauta que conecta". En todos los procesos, al menos en aquellos relacionados al desarrollo y evolución de los seres vivos (el mundo de la "creatura" diría Bateson parafraseando a C.G. Jung) deben existir relaciones "formales" posibles de poner en evidencia y vivenciar. Se trata de vivenciar existencialmente la mayor cantidad de relaciones que circundan (contextualizan) y dan forma a nuestras vidas. Finalmente todo está conectado con todo. La metáfora de la mariposa de Prigogine se transforma asi en una guía para la acción. Pero los cambios culturales no solo estarán "conectados" a "teorías" sobre lo que se está aquí planteando. Las teorías son "cognitivas", pertenecen al mundo del conocimiento, al mundo de las ideas como él gustaba llamar. En Bateson (como también en Maturana) todo conocer es un hacer y todo hacer es un conocer. El intento de Bateson es que las "teorías" se transformen en actitudes de vidas. El "mundo de las ideas", la "noosfera" de Theillard de Chardin, es parte constitutiva -y sigue la lógica- del proceso evolutivo de los seres vivos. Debemos "ver" y sentir todos los arcos relacionales que configuran nuestras vidas. Debemos vivir asumiendo existencialmente que, efectivamente el aleteo de una mariposa en Singapur puede ocasionar una tormenta en Nueva York. El asunto es ¿como lo hacemos?. Bateson diría: cambiando nuestra epistemología, y nuevamente la pregunta se desplaza.....¿como hacemos aquello?. ¿Como accedemos a otra epistemología?. ¿Como escapar al modo de pensamiento lineal y causal nacido del Renacimiento?. Nuestra apuesta es que una lectura de Bateson es un camino posible. De ello queremos hablar.
Abrir los campos perceptuales. Observar y vivenciar los múltiples planos contextuales que configuran nuestras vidas, de eso se trata. La lectura de Bateson busca la apertura de la percepción. Bateson solía decir que "dos descripciones son mejores que una". Lo que queremos decir es que la ciencia nacida del dualismo cartesiano, que no sólo es ciencia sino también una particular y unilateral forma de observar -y por lo tanto de vivir- es fragmentaria, reductora, causalísta....limita las posibilidades de ampliar nuestras vidas. Pensamos que la lectura de Bateson permite "ampliaciones de conciencia" generando procesos existenciales que facilitan el "darnos cuenta" de las complejidades que dan forma a nuestra existencia. Este "darnos cuenta" se traduce, casi por acto de magia, en una nueva manera de observar, de observarse.....de estar en el mundo. En este sentido es fundamental notar que la obra de Bateson es unitaria e integral. Bateson desarrolla "contenidos cognitivos"...conceptos, (sismogénesis, tipos lógicos, doble vínculo, etc.) pero al mismo tiempo asume en la "actitud" de su escritura y reflexión aquello que va descubriendo cognitivamente. Su lenguaje es coloquial. Mas cercano a una poesía que a la precisión científica. Su "forma escritural" envuelve contextualmente sus reflexiones conceptuales. En él no hay separación posible entre forma y contenido. La metáfora holográfica de Capra cobra aquí plena vigencia. La forma está en el contenido y el contenido es la forma.
Bateson cuenta "historias". Extrañas. Desconcertantes. Terriblemente simples pero a la ves con-fundidoras. ¿De que está hablando este caballero?, es la primera reacción. Bateson, recordemos, "esconde" algo, decían sus alumnos. Bateson enmaraña historias, unas dentro de otras. (El capítulo "que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda" de su último libro: "El temor de los ángeles" terminado por su hija Marie Catherine, es una maravilla en este sentido. Sus "Metálogos" -pensamos- apuntan en la misma dirección). Bateson "obliga" al lector a reflexionar de una forma no acostumbrada en nuestra cultura. El pensamiento del lector se va cerrando en torno a si mismo. La recursividad de los procesos mentales queda así en evidencia. Se la vive pragmáticamente en el "ritmo" de la lectura. Su instrumento de cambio es la metáfora. Es decir, el sentido abierto al receptor. La precisión es reductora. La confusión de la metáfora es ampliadora por cuanto fuerza al pensamiento a reflexionar en torno a si mismo....a metareflexionar. Nuevo punto de encuentro con Humberto Maturana y su "observarse en el observar". Esto de "contar historias metafóricas" será sistematizado por Watzlawick y su grupo (Palo Alto) en sus terapias de "inducciones paradojales". De alguna manera Alejandro Jodorowsky -de una manera mas banal- hace lo mismo a través de su "Psicomagia".
Aquí existe un punto de acercamiento entre las metáforas batesonianas y los trances hipnóticos de Milton Erickson (Jay Haley es el "puente" entre Bateson y Erickson). El punto es la con-fusión. Co-fundir...sobrepasar el uno...hacer, al menos...dos. En un mundo lleno de supuestas certezas, con una ciencia que pretende dar cuenta "objetivamente" de la "realidad", la confusión se erige en un principio para el cambio personal y cultural. Estar confuso es precisamente quedar abierto a las abducciones batesonianas. La confusión obliga a buscar y a establecer relaciones nuevas allí donde perdemos las certezas. El mundo se nos derrumba porque los parámetros bajo los cuales lo observamos dejan de servirnos para explicarnos lo que sucede. Quedamos abiertos a generar(nos) nuevas explicaciones. Se nos "fuerza" a establecer nuevas pautas de conexiones. Se nos hace necesario reordenar nuestro mundo. Es decir ampliar la mirada. Abrir los arcos perceptuales. Es el "reencuadre" de los sico-terapeutas. "El brujo crea y abre contextos" solía repetir Bateson y el es -desde luego- un excelente brujo.
El contexto es un concepto capital en toda la obra de Bateson. Los tipos lógicos son, en alguna medida, cambios y desplazamientos de contexto. El doble vínculo es precisamente una particular situación contextual que genera otros contextos "atrapadoramente esquizogénicos". El contexto es siempre información, o mas precisamente...es comunicación. ¿Como dar cuenta del contexto?. Es aquí donde nuevamente nos encontraremos con la necesidad de ampliar nuestra percepción, por cuanto finalmente, todo es contexto. Pero aquello, si bien es cierto podemos conocerlo y de alguna manera cognitivamente lo sabemos, no es simple asumirlo existencial y vivencialmente. Ampliar contextos es observar mas y mejor. No situarse en un sólo punto de observación ("dos descripciones son mejor que una"). La perspectiva es una sólo una construcción óptica/geométrica inventada en el Renacimiento. Relativizar las certezas. Abrir la mirada a la multiobservación. Pero no basta decirle al mundo: ¡¡¡ Señores, observen el contexto...!!!. La abducción batesoniana permite asumir, sino todo, al menos gran parte del contexto, por cuánto obliga a ampliar la reflexión para generar el significado. En este sentido la metáfora batesionana se asimila a los cuentos Koan del Budismo Zen. Abre la reflexión, destruye la certeza. Gran parte de la obra de Bateson es absolutamente contextual. Intenta -creemos que consciente de lo que está haciendo- "forzar" al lector a observar el contexto en el que se encuentra con la escritura. Nuevamente nos encontramos con esa escritura "no terminada en si misma" sino invitadora a reflexionar sobre el proceso de reflexión que se está generando en el momento de la reflexión. Una vez mas.....observación y meta-obsrvación.
Quisiéramos terminar este pequeño "paper" generando algunas reflexiones sobre los procesos educacionales en los que nos encontramos insertos. Se nos hace evidente que si Bateson estuviese en esta Universidad, y no sólo en ésta, en cualquier otra, o bién saldría despavorido de aquí o posiblemente le prendería fuego. Educación a "forceps", controles de lectura donde se obliga al a-lumno (recordemos, "sin luz" ...¿estudiantes "sin luz"?) poco menos que a repetir conceptos de memoria. Aprendizaje mas cercano al adiestramiento pavloviano que a un verdadero proceso de enseñanza-aprendizaje. "Procesos" de evaluación que se cierran en un número para "pasar de curso" y así suma y sigue. Es claro que no puede ser así. La Educación no puede ser eso. Los procesos, las relaciones, la creatividad de lo nuevo, quedan fuera de la educación institucionalizada. Se cercenan los continuos, Se fragmenta la realidad. Se les adiestra en las certezas cognitivas. En suma se les conduce a no ver el bosque por cuanto se les dirige la mirada hacia los árboles. Lo globalizante, la comprensión de los procesos, una verdadera mirada macroscópica, holística, ecológica de la mente diría Bateson, sigue ausente en la enorme mayoría de nuestras sacrosantas instituciones educacionales”.
BIBLIOGRAFIA.
1.- GREGORY BATESON.
- Pasos hacia una Ecología de la Mente. Carlos Lolhé-Planeta. 1991
- Espíritu y Naturaleza. Una unidad necesaria. Amorrortu. 1990
- La Unidad Sagrada. Pasos ulteriores para una ecología de la mente. Gedisa. 1993
- El temor de los ángeles. (en colaboración con Marie Catherine Bateson). Gedisa. 1989
2.- YVES WINKIN (compilador).
- La nueva comunicación. Kairos. ¿???
- Coloquio sobre Gregory Bateson. La historia de una herencia. Tiempos Nuevos. 1991
3.- FRITJOF CAPRA.
- Sabiduría insólita. Conversaciones con personajes notables. Kairos. 1991
4.- PAUL WATZLAWICK (compilador).
- La realidad inventada. Gedisa. 1990
- El ojo del observador. Homenaje a Heinz von Foerster. Gedisa. 1994
5.- MORRIS BERMAN
- El reencantamiento del mundo. Cuatro Vientos. 1991


Fuente, revista digital: http://www.sepiensa.net/edicion/index.php?option=content&task=view&id=341&Itemid=40

Autor: Guido Lagos Garay


Gregory Bateson ( * Grantchester, Reino Unido, 9 de mayo de 1904 — San Francisco, Estados Unidos, 4 de julio de 1980) antropólogo, científico social, lingüista y cibernético cuyo trabajo interseca con muchos otros campos intelectuales.

Algunos de sus escritos más notables son encontrados en sus libros: Pasos hacia una ecología de la mente, 1972; Espíritu y naturaleza, 1979; El temor de los ángeles: epistemología de lo sagrado, 1987, publicado póstumamente y coescrito por su hija Mary Catherine Bateson.

http://es.wikipedia.org/wiki/Gregory_Bateson

jueves, 12 de abril de 2012

La alegría de aprender: A favor del estudio asistemático





La alegría de aprender
A favor del estudio asistemático
María Fernanda Palacios

¿Para qué estudiar? Lejos de los motivos convencionales, una veterana profesora descubre un nuevo rostro del aprendizaje, muy cercano a la sonrisa.

"Montaigne decía “no hago nada sin alegría”. Esta sería la mejor norma o “filosofía” que podríamos adoptar para civilizar el mundo, o al menos, para devolverle un poco de sentido y armonía. Por un lado, nos invita a vivir entonados con la vida, sin anteponer siempre una queja por las pesadumbres que la acompañan. Por otro, nos aparta de la búsqueda del placer a juro, del hartazgo sin alegría, mera lujuria, que la hay tanto sexual como mental. La alegría bien temperada es una música que no excluye la tristeza, no expulsa el sentimiento del dolor ni la gravedad de la vida, sino que acompaña nuestra mortalidad con un “sí” más profundo.
Creo que volveré sobre este “sí” en otra ocasión, pero ahora quisiera relacionar la alegría con el aprender y particularmente con el estudio después de que dejamos de ser estudiantes. Cuando ya no es una obligación, un aprendizaje ordenado institucionalmente, vigilado y evaluado con miras a una finalidad externa, cuando ya no tenemos que estudiar, el estudio puede transformarse en una alegría, algo gratuito que hacemos por puro gusto.

Un exagerado espíritu de seriedad tiende a dejar fuera del aprendizaje este sentimiento. Y no lo digo por aquello de “la letra con sangre entra”; creo que nunca está de más un castigo a su hora y en su sitio. Ni creo que el aprendizaje deba confundirse, como suele suceder ahora con demasiada frecuencia, con un parque de diversiones donde los contenidos se reparten como chocolatinas. Como reza la antigua sabiduría: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Y en el aprendizaje, la alegría llega después, no tarde sino a su hora. Parece que es después de haber pasado por el tiempo escolar que descubrimos, con alegría, un niño dentro de nosotros, ávido de aprender. Esa es la hora en que comenzamos a sentir necesidades o carencias de las que estábamos menos conscientes, curiosidades o inquietudes para las que nunca tenemos tiempo. Entonces, ya no se estudia por deber ni por mero placer, se estudia para atender urgencias más discretas y no por eso menos vitales.

En su ensayo sobre “Los fines de la educación” T. S. Eliot apunta lo siguiente:

Son de diferente clase el objetivo que un hombre se fija en su formación para ganarse la vida y el objetivo que se fija altrabajar para desarrollar y cultivar su inteligencia y su sensibilidad. El primero es un objetivo en cuya realización hay que mantener conscientemente presentes tanto el fin como los medios. Se decide primero el campo general de actividad en el que se quiere encontrar empleo y se siguen luego los cursos de instrucción establecidos o comúnmente aceptados como preparación adecuada para ese empleo. Pero para cultivar las posibilidades y facultades que tienden a completar nuestra educación, al margen de nuestras ocupaciones profesionales, es preciso el desinterés: hay que seguir los estudios por los estudios en sí...


Aún cuando sabemos que la formación profesional intenta conciliar ambos fines, o al menos hace lo posible por no impedirlo, lo que ya es bastante, la diferencia que señala Eliot existe y es lo que explica la posibilidad de otras formas de aprender, a otras horas de la vida. Para Eliot el principio que lo rige sería el desinterés. Veamos, pues, de qué desinterés se trata, ya que un estudio desinteresado no es incompatible con el interés que suscita el estudio. Al contrario, libre de finalidades y métodos orientados a obtener una formación uniforme, los estudios muestran su cara azarosa y aventurera: se hacen interesantes porque trabajan en estrecha sintonía con las fantasías e inquietudes del interesado. Digamos, empleando el término en sentido metafórico, que se trata de un estudio que responde exclusivamente al instinto de aprender que hay en cada ser humano. Instinto éste que no estaría muy lejos del instinto de juego, inclinaciones ambas que ponen una nota de alegría en la vida.

Suponer que al concluir los estudios formales ya estamos formados es uno de los tantos equívocos que nos convierten en personas sin interés; interesados solamente por unas pocas cosas que ya “sabemos” o que “manejamos”. Personas que son “tacos” en lo suyo, que van por la vida con una formación a prueba de balas, sólidamente ajustadas a un molde que no dejan de perfeccionar.

Entre paréntesis: ciertamente, hoy en día se sabe que toda buena formación profesional, por sólida que sea, debe mantenerse siempre en vilo, sujeta a renovadas revisiones y adiciones. Para eso están los cursos de especialización, ampliación y actualización, y toda la gama de postgrados interdisciplinarios que hoy forman parte de la vida profesional. Pero no me estoy refiriendo a este tipo de estudios. Estos estudios son una prolongación obligada de la formación profesional, son estudios sistemáticos ajenos a la rapsódica gratuidad de la que hablo.

Existe el estudio asistemático, un aprendizaje que carece de materias obligatorias, prelaciones y exámenes porque la valoración de lo que se aprende se ha desplazado de los objetivos institucionalizados al sujeto. La persona valora lo que aprende en la misma medida en que siente la alegría de aprender. Ya sea por la inmediata sensación de no estar perdiendo el tiempo, de estar recibiendo un alimento distinto al que le ofrece la rutina, con sus ocupaciones y diversiones programadas, o bien porque a largo plazo la persona observa cómo su vida se ha animado sin que literalmente haya tenido que cambiarle nada. Esto es algo muy distinto al placer ocasional y momentáneo de cenar con los amigos. No es la happy hour en la que ahogamos la infelicidad, ni los compromisos sociales con que rellenamos las horas desocupadas.

El estudio asistemático abre puertas que ya estaban dentro de nosotros, puertas solo nuestras, ésas que se fueron colocando a medida que tomamos, como quien dice, “un camino en la vida”. Las dejamos atrás o a un lado; constantemente van apareciendo otras nuevas ante las que también, fatalmente, tendremos que pasar de largo. Pero llega la hora en que podemos hacer un alto en el camino y, sin abandonarlo, mirar a los lados y ver que cada puerta es una invitación a entreabrirla.

Los estudios asistemáticos comunican con esos amplios corredores de la memoria y la experiencia, nos descubren lo que no habíamos visto del camino. Son estudios discretos y consoladores, que no se empeñan en que dejemos de ser lo que somos, en que abandonemos una profesión para emprender otra, ni nos empujan a acumular títulos y carreras. Son estudios que más bien contribuyen a ensanchar la vida que llevamos, haciéndonos más conscientes del entramado que la sostiene: la complejidad y la belleza sobre las que resbalan nuestras impresiones más ordinarias, la maraña de malentendidos y prejuicios que sesgan nuestras opiniones, la fuerza y la vigencia del legado milenario de nuestros antepasados.
No quiero utilizar el término “educación continua” para referirme a esto porque lo continuo del estudio no garantiza su gratuidad, mucho menos su alegría. Hablemos más bien del estudio interminable, de un estudio siempre inacabado porque se ha convertido en parte de nuestro diario vivir. Como dice T. S. Eliot, “la educación abarca la totalidad de la vida”, es decir, no solo puede prolongarse sino que “envuelve” incluso aquello que en nuestras vidas no está siendo educado formalmente. Y son estas partes las que necesitamos seguir educando toda la vida para ahuyentar el peligro creciente de regresar a nuestra naturaleza mal educada, bárbara.

Dando clases para un público sumamente heterogéneo, a personas ya muy bien formadas (en su mayoría mucho más formadas que yo), descubrí la maravilla del estudio verdaderamente gratuito y dichoso. Nada y nadie los obliga a estar ahí, y sin embargo ahí están, una y otra vez, siguiendo un hilo invisible y personal, obedeciendo un llamado quizá inaudible para ellos mismos; están ahí a pesar de las horas en el tráfico, a pesar de los compromisos familiares y sociales, a pesar del cansancio y del desánimo que se apodera de nosotros cuando terminamos la jornada diaria; están ahí haciendo un alto, una pausa extraña y en absoluto pasiva, para seguirle la pista a algo que les ha interesado; puede ser un libro o un autor que conocen o del que oyeron hablar, un asunto de historia, un problema actual o un valor universal; algo, en fin, que les merece interés, respeto, simple curiosidad, o bien se trata de una vieja pasión olvidada y desatendida. El profesor se encarga de abrir un camino, de entreabrir esa puerta que está dentro de cada uno, para que la “materia” circule en conexión con la memoria y las inquietudes de cada quien. Pero además –y esto es sumamente importante– está también el papel que juega el ambiente, la atmósfera que se crea en ese “ha lugar” de la clase. A medida que van llegando, una a una, estas personas ya “formadas”, cada una con su cansancio y su soledad, con sus prisas y sus intereses, van soltando poco a poco, una a una, sus ocupaciones y pre-ocupaciones, van desocupándose para que pueda entrar lo desinteresado del aprendizaje, o lo inesperado (que es otra forma de decirlo). Esta atmósfera tiene el don de regresarlos por un rato a los bancos de la escuela, de suscitar de nuevo la aparición, en cada uno, del niño que aprende. Del niño como esa figura interior ávida y necesitada de aprender y jugar al mismo tiempo, para quien todo interés es desinteresado y todo juego algo serísimo.

Esta alegría, como puede verse, responde a una experiencia muy distinta de la que puede ofrecernos “un rato de esparcimiento”. Esta alegría es menos ruidosa y más duradera, pide más constancia y ofrece a la larga más compañía. Así, sin darnos cuenta, nos hacemos aficionados al estudio de ciertas materias, de ciertos asuntos que solicitan nuestra atención y nuestro interés.

Siempre he tenido gran respeto por nuestras aficiones. Hay algo muy serio que fluye alegremente junto con ellas: un poco de lo que pudo ser y no fue, del tren que perdimos, del viaje que no hicimos o la llamada que solo ahora estamos en posibilidad de atender. Algo que nos ata a esta vida que nos envuelve y nos desata de esa otra que nos agobia".



Fuente: http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1255&pag=2&size=n

lunes, 2 de abril de 2012

Edgar Morin. La educación del futuro







Edgar Morin

Datos Biográficos

"Edgar Nahum nace en París, el 8 de Julio de 1921, bajo el seno de una familia de origen judío sefardí. Su padre, Vidal Nahum, nació en 1894 en Salónica (Grecia) y, posteriormente, se naturaliza francés. Su madre fue Luna Beressi, quien sufría de una seria lesión en el corazón que le prohibía tener hijos (hecho nunca revelado a su padre); debido a ello, el embarazo en el que se concibió a Edgar evoluciona en condiciones dramáticas y, consecuentemente, el parto fue bastante traumático y riesgoso, tanto para la madre como para el hijo.

Sus primeros diez años los pasa al lado de sus padres, pero cuando Luna Nahum, su madre, muere en 1931, Edgar pasa a ser criado por su padre y Corinne Beressi, su tía materna. Esta pérdida tiene un fuerte impacto en su infancia que dejará huellas indelebles durante el resto de su vida. A pesar de contar sólo con diez años de edad, Edgar trata de llenar el vacío que deja la partida de su madre con la literatura convirtiéndose así, tempranamente, en un gran lector que devora libros de las más variadas temáticas; se advierte que es este el origen más remoto de su espíritu autodidacta e investigador que le ha de caracterizar en el transcurso de su vida.


Su juventud, aficiones y estudios

Cuando cumplía apenas 19 años, caracterizado por un espíritu acucioso, irreverente y audaz, más por curiosidad y en busca de conocimiento, cursa estudios universitarios; pues, como lo narra él mismo años más tarde en sus obras, más que el interés por hacer una carrera, lo movía hacia la lectura, el cine, la música y la observación de la naturaleza y la sociedad, su deseo de aprender; con esta motivación se inscribe en “La Sorbonne”, matriculándose simultáneamente en la Facultad de Letras, en la de Derecho y en la Escuela de Ciencias Políticas. Es forzado a interrumpir sus exámenes en “La Sorbonne” cuando Francia es invadida por el ejército alemán. En Julio de 1940 huye a Toulouse, donde dedica su tiempo a actividades asistenciales como secretario de la Asociación de los Estudiantes Refugiados; frecuenta mucho la biblioteca municipal, donde lee, con avidez, todo lo que encuentra a su disposición; en 1942 se licenciará en “La Sorbonne” en Historia, Geografía y Derecho.



“Edgar Morin es un filósofo y sociólogo francés de origen judeo-español (sefardí). Nacido en París el 8 de julio de 1921, su nombre de nacimiento es Edgar Nahum.

Sus primeros años en el socialismo
Con una infancia caracterizada por la enfermedad, Morin empezó a ser un chico entusiasta de la lectura y aficionado al estudio, a la aviación y al ciclismo. Comenzó su labor filosófica con la lectura de los diversos representantes de la Ilustración del s.XVIII. Se vinculó al socialismo gracias al apoyo del Frente Popular (al cual se unió en la Federación de Estudiantes Frentistas, dirigida por Gaston Bergery) y al gobierno republicano español en la Guerra Civil Española. En 1940 huye a Toulouse cuando se enteró de la invasión de la Alemania nazi y se dedicó a ayudar a los refugiados y a la vez a profundizar en el socialismo marxista. Toma parte en la resistencia y se une al Partido Comunista Francés en 1941, siendo perseguido por los miembros de la Gestapo. Participó en la liberación de París (agosto de 1944) y al año siguiente, se casa con Violette Chapellaubeau, y se van a vivir en Landau in der Pfalz, en calidad de teniente del Ejército Francés de Ocupación en Alemania.
En 1946, regresa a la capital francesa para darse de baja en su carrera militar y proseguir con sus actividades con el comunismo, su relación con el partido se deterioró debido a su postura crítica y finalmente fue expulsado en 1952 debido a un artículo publicado en France Observateur. Ese mismo año fue admitido en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), previa recomendación de algunos intelectuales.


Desarrollo filosófico

Al integrarse a la CNRS, Morin se inicia en el campo de la temática social en el terreno de la cinematografía, aproximándose al surrealismo, aunque todavía no abandonando el socialismo, del cual comparte ideas con Franco Fortini y Roberto Guiducci, así como de Herbert Marcuse y otros filósofos. Funda y dirige la revista Argumentos (1956-1962) al tiempo que vive una crisis interior y se manifiesta contra la guerra argelina (1954-1962).
Al iniciar la década de 1960, Morin inicia trabajos y expediciones por Latinoamérica y queda impresionado por su cultura. Posteriormente empieza a elaborar un pensamiento que haga complementar el desarrollo del sujeto. Ya en Poulhan, y en compañía de sus colaboradores, desarrolla una investigación de carácter experimental que culmina con la tesis de la transdisciplinariedad, que le genera mayores contradicciones con otros académicos.
Durante la revuelta estudiantil del mayo francés (1968), escribe artículos para Le Monde, en la cual descifra el significado y sentido de ese suceso.
Con el surgimiento de la revolución bio-genética, estudia el pensamiento de las tres teorías que llevan a la organización de sus nuevas ideas (la cibernética, la teoría de sistemas y la teoría de la información). También se complementa en la teoría de la autorganización de Heinz von Förster. Para
1977, elabora el concepto del conocimiento enciclopedante, del cual liga los conocimientos dispersos, proponiendo la epistemología de la complejidad.
En 1983, fue condecorado con la orden de la Legión de Honor y a mediados de la década de 1980, ya vislumbra los cambios en el régimen soviético de Mijaíl Gorbachov.

El Pensamiento Complejo
El pensamiento de Morin, basado en la idea de las tres teorías, en la cual, argumenta que todavía estamos en un nivel prehistórico con respecto al espíritu humano y solo la Complejidad puede civilizar el conocimiento.
En ella se puede adentrar en el desarrollo de la naturaleza humana multidimensional, la lógica generativa, dialéctica y arborescente, del cual cuando el universo es una mezcla de caos y orden; a partir del concepto y práctica de la Auto-eco-organización, el sujeto y el objeto son partes inseparables de la relación autorganizador-ecosistema.
Además introduce en la ciencia, conceptos que estaban en pausa para aplicarlos a su pensamiento (aleatoriedad, información en el ambiente y sujeto con su creatividad) y ver los fenómenos integrados en el énfasis de las emergencias e interacciones y no en las sustancias.
Pese a la similitud semántica no se puede considerar que sus ideas entronquen con la matemática de la complejidad.
El pensamiento de Morin conduce a un modo de construcción que aborda el conocimiento como un proceso que es a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico, mientras que la epistemología tradicional asume el conocimiento sólo desde el punto de vista cognitivo. Este nuevo planteamiento tiene enormes consecuencias en el planteamiento de las ciencias, la educación, la cultura, la sociedad.
En la teoría del Pensamiento Complejo, ideada por Morin, se dice que la realidad se comprende y se explica simultáneamente desde todas las perspectivas posibles. Se entiende que un fenómeno específico puede ser analizado por medio de las más diversas áreas del conocimiento, mediante el "Entendimiento transdisciplinar", evitando la habitual reducción del problema a una cuestión exclusiva de la ciencia que se profesa.
La realidad o los fenómenos se deben estudiar de forma compleja, ya que dividiéndolos en pequeñas partes para facilitar su estudio, se limita el campo de acción del conocimiento. Tanto la realidad como el pensamiento y el conocimiento son complejos y debido a esto, es preciso usar la complejidad para entender el mundo.
Así pues, según el Pensamiento Complejo, el estudio de un fenómeno se puede hacer desde la dependencia de dos perspectivas: holística y reduccionista. La primera, se refiere a un estudio desde el todo o todomúltiple; y la segunda, a un estudio desde las partes. Actualmente su obra ha sido promovida por diferentes pensadores, como Adonay Alaminos, a través de sus contribuciones al abordaje multidimensional de la realidad".

Obras literarias
• El hombre y la muerte (1951)
• El Cine o el hombre imaginario (1956)
• Las estrellas: mito y seducción del cine (1957)
• Autocrítica (1959)
• El espíritu del tiempo (1962)
• La vida del sujeto
• Introducción a una política del hombre (1965)
• La Comuna de Francia:La metamorfosis de Plōdement (1967)
• Diario de California
• El Rumor de Orleans
• El paradigma perdido: la naturaleza del hombre (1971)
• El Método (1977)
• Diario de un libro
• Para Salir del Siglo XX (1981)
• Naturaleza de la URSS: Complejo Totalitario y nuevo Imperio (1983)
• Introducción al pensamiento complejo (1990)
• Mis demonios (1995)
• Los Fratricidas: Yugoslavia-Bosnia 1991-1995 (1996)
• Amor, Poesía, Sabiduría (1997)
• La cabeza bien puesta (1998)
• La Inteligencia de la Complejidad (1999)
• Los Siete Saberes Para una Educación del Futuro (coautoria con la
Unesco,2000)
• L'ethique (2004)
• Civilization et Barbarie (2005)
• Où va le monde ? (2007)
• Vers l'abîme ? (2008)
• La Vía. Para el futuro de la Humanidad (2011)


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Edgar_Morin
http://www.edgarmorin.org/