"El 14 Dalai Lama, Tenzin Gyatso y premio Nobel de la
Paz 1989, pidió a los padres de familia a mostrar a sus hijos el mayor afecto
posible, mientras a los educadores que no sólo enseñen el conocimiento sino el
valor de la compasión.
Los profesores tienen la obligación de transmitir a los niños y jóvenes, más allá de mero conocimiento, lo cual no sólo debe ser con palabras sino con ejemplo, en el "que el alumno sienta una honesta y franca preocupación del educador para el futuro del niño", expresó.
En la Arena México, dijo que la educación no tiene que ser orientada sólo al tema material, "estamos educando a la persona y tenemos que incorporar la ética, por eso, es necesario que el sistema educativo estudié las forma de integrar este tema en el desarrollo del estudiante".
El líder espiritual tibetano dio a conocer que está desarrollando el mapa de las emociones y la mente, que estará listo en breve y será traducido en varios idiomas.
En este sentido, explicó que el estado mental de la persona tiene un efecto social y físico, porque el afecto y compasión son parte de nuestra naturaleza. Además, "la experiencia de la paz tiene mucho que ver con nuestra actitud mental", anotó.
"Si nuestro sistema físico tiene un sistema inmune fuerte es difícil que los problemas nos afecten, si tenemos una actitud mental fuerte, los problemas, serán como un pequeño virus", expresó en una charla con estudiantes donde bendijo varios objetos religiosos.
El religioso, de 78 años, quien dice meditar entre cuatro y cinco horas al día, consideró que siempre que se viva un momento adverso, nuestra respuesta debe estar fundada en los valores morales con visión a largo plazo.
Ante una injusticia, dijo, "es nuestra responsabilidad encarar la solución como algo que es injusto, pero respecto a quien está causando esa injusticia, tenemos que pensar que no es una persona libre, hay que responder con empatía y compasión".
La religión ha sido desterrada de las prioridades humanas. La
ciencia y la educación han dejado de lado la defensa de los valores morales y
la ética que se asocia a temas religiosos. No es que la religión sea la
panacea, ya que incluso a su interior se da la corrupción, debido a que las
personas no toman en serio estos valores, señaló el líder moral del pueblo
tibetano.
Es por
esto que a través de la educación se puede transformar a la sociedad: no sólo
deben enseñarse conocimientos científicos y técnicos, sino también la
importancia de los valores humanos. Si todos fuéramos amables los
unos con los otros, un mundo mejor no sería imposible. De
acuerdo con el Dalai Lama, sin importar la religión que se practique –o incluso
la ausencia de ésta–, la ética secular se
vuelve la clave.
El monje
budista estableció que alrededor del mundo, la desigualdad social es
sintomática de un mal más profundo. Si bien este problema tiene que ver con
variables sociales, políticas y económicas, es muestra de una sociedad
individualista, orientada al consumo y con poco aprecio al bienestar de los
demás. Si las personas valoraran los principios éticos y consideraran el
bien ajeno, las cosas podrían ser diferentes: podría haber un mundo más
igualitario y en paz, aseguró el tibetano.
No
asociemos la “no creencia religiosa” con la ausencia de valores, aclaró el
Dalai Lama. No es necesario tener una religión, mas es necesario fomentar la
moral secular. La educación puede seguir siendo laica, pero privilegiando la
enseñanza ética. Si a los niños en las escuelas
no sólo les enseñaran matemáticas y otras ciencias, sino también la importancia
de compartir, de ser pacientes, generosos y cultivar un buen corazón, las
personas crecerían con más herramientas que facilitarían su interacción con los
demás, agregó el Premio Nobel de la Paz.
La
crisis de valores alrededor del mundo va de la mano con la crisis social. No
caigamos en la trampa de creer que son problemas separados; si abordamos ambos, es más fácil alcanzar su solución,
concluyó el líder tibetano.
“Cuando vemos que una
persona es inteligente, pero que no tiene valores morales fuertes, se comporta
de una manera negativa (…) Se corrompe porque su mente se ha vuelto
materialista” agregó.
La enseñanza de los
valores, dijo, no se puede depositar únicamente en la religión, porque no hay
una que sea universal, e incluso reconoció que algunas creencias se corrompen
porque sus creyentes no son el ejemplo de éstas.
Explicó que en el sistema
educativo se requiere implementar una ética secular que, aclaró, no es una
falta de respeto a las creencias, no se ofende a nadie, ni denigra, sino más
bien fortalece las doctrinas y los valores humanos. Esto porque la
religión traza ciertas fronteras y la ética secular las trasciende, porque
realmente se enfoca a la humanidad.
El líder tibetano en el
exilio señaló que durante miles de años la gente ha recurrido a Dios para
pedirle lo que necesita, pero a veces las cosas no funcionan así; mencionó que
en una reunión en un poblado de India, el gobernante dijo que
gracias a las oraciones de Buda el pueblo recibió las bendiciones y prosperó,
pero él recordó que al tomar la palabra dijo: “Si fuera por las bendiciones
hubieran prosperado desde hace mil 500 años, pero ahora fue la capacidad de sus
gobernantes y sus acciones”.
“…El máximo líder
religioso del Tíbet recomendó aplicar un proyecto piloto en México en el que se
enseñe la ética moral en un par de escuelas para luego extenderlo a cientos y
finalmente, si funciona, a todo el país.
Pero "deben enseñar la sinceridad con el ejemplo", dijo a los asistentes.
"Los alumnos tienen que ver que el maestro expresa los signos de la compasión", de lo contrario la enseñanza no tendrá ningún efecto en los niños, aseguró durante la charla titulada Afilando la mente y nutriendo el corazón.
Pero "deben enseñar la sinceridad con el ejemplo", dijo a los asistentes.
"Los alumnos tienen que ver que el maestro expresa los signos de la compasión", de lo contrario la enseñanza no tendrá ningún efecto en los niños, aseguró durante la charla titulada Afilando la mente y nutriendo el corazón.
El líder espiritual
tibetano reiteró su compromiso por llevar un mensaje de paz, así como promover
los valores humanos a través de una armonía interreligiosa.
Explicó que existen dos
niveles de felicidad: la sensorial, que es la materialista, y la mental; cuando
se llega a sentir dolor, es la mental la que proporciona la fuerza para salir
adelante.
Al compartir los textos
“Guía de las acciones del Bodhisattva”, de Shantideva, erudito budista y
maestro de la meditación, explicó cómo desarrollar un altruismo infinito
mediante la tolerancia, el perdón y la autodisciplina, y para desarrollar estas
cualidades se necesita una convicción. Admitió que a la edad de seis años,
cuando inició su educación, los textos no eran de su agrado y fue hasta los 12
cuando profundizó sobre la filosofía.
El Dalai Lama enfatizó en
que en todas las enseñanzas y cualidades el punto principal es la sabiduría.
Explicó que la causa del
sufrimiento es la ignorancia y el desconocimiento y con base en eso las
personas experimentan sufrimiento, que tiene origen en la ignorancia de la ley
kármica de causa y efecto.
“Desde el momento en que
uno tiene ignorancia está sujeto a experimentar sufrimiento”, expresó.
Y ésta, continuó, no es
posible eliminarla a partir de plegarias o de una mente muy concentrada, sino
por medio de la sabiduría y el conocimiento”.