lunes, 18 de julio de 2011

Dos horas a la semana no bastan para aprender a apreciar el arte



EL NACIONAL · SÁBADO 16 DE JULIO DE 2011 · CULTURA/6

FORMACIÓN | La creación nacional apenas figura en el programa vigente

Dos horas a la semana no bastan
para aprender a apreciar el arte

La enseñanza de la Educación Artística en la escuela es una carrera contra el tiempo y la falta de recursos visuales en las aulas

CARMEN VICTORIA MÉNDEZ




"Al estudio de artistas fundamentales para el país, como Armando Reverón, se le dedican pocos minutos al año

La película Reverón ha puesto de relieve que más de uno de los espectadores ha entrado a la sala sin saber que el personaje que Diego Rísquez recrea fue un artista plástico. De igual manera, más de un bachiller se refiere a la Ambientación cromática de Carlos Cruz-Diez como "las rayas del piso del aeropuerto", o a la Esfera solar de Jesús Soto como "la bola anaranjada que está en la autopista". La razón quizás sea que a cada uno de estos creadores no se les dedique más de cinco minutos al año en la escuela.

A pesar de los cambios de pénsum, la Educación Artística sigue siendo vista como una materia de relleno, aseguran docentes y autores de textos escolares. Un cronograma limitado, pocas posibilidades de ver las obras y escaso énfasis en la creación nacional son algunas de las dificultades que afronta su aprendizaje.

Enseñar arte en la escuela implica una carrera contra el tiempo. El programa de séptimo grado fija dos horas semanales para el estudio de los elementos de expresión plástica —el punto, la línea, la forma, el plano, el color y la textura, así como de las disciplinas artísticas como el dibujo, la pintura, la escultura, el collage, el performance y la instalación—. Si se trata de octavo grado o de primer año del ciclo diversificado, se dispone de entre dos y tres horas a la semana para explicar la historia del arte desde las pinturas rupestres hasta la contemporaneidad. "La Edad Media, el arte bizantino y el Renacimiento abarcan 13 siglos, y los ves en 3 días. Los contenidos se reducen a su mínima expresión. Además, el profesor está desvalido, porque no cuenta con buenos textos. La mayoría de los libros presentan obras en blanco y negro y tampoco cuidan la ficha técnica, a excepción del de Susana Benko, que utilicé el año pasado", señala la educadora Nancy Farfán, que también se desempeña como codirectora de El Anexo.



A las limitaciones del tiempo se suma la falta de recursos técnicos para mostrar las piezas. Las reproducciones a color son caras y no todos los colegios cuentan con conexión a Internet, proyectores o video beam para poder incluir elementos visuales en el aula. "Me llevaba mi laptop al salón porque, aunque no podía llevar a los alumnos a Roma, sí podía navegar en Internet, pero lograr la conexión en el aula fue una lucha", relata Farfán.

Venezuela en un capítulo. La mayor falla es que el arte venezolano no constituye una materia en sí, sino que se inserta en el programa de Historia del Arte. Gabino Matos, coautor del libro Educación artística para octavo grado, de la editorial Santillana, asegura que el mayor problema que tiene el programa vigente es que no aborda la creación nacional de manera autónoma. "Durante muchos años la enseñanza de la Educación Artística se rigió por los parámetros de los libros españoles. Por eso el arte venezolano es tratado casi como un anexo, luce como agregado de los grandes temas", señala.

La solución que propone Susana Benko en el libro Educación artística. Elementos de expresión, de Editorial Larense (2009), es dedicar el programa de séptimo grado a la exploración de los fundamentos de la plástica a través del arte venezolano. Es por ello que la mayor parte de las imágenes y ejemplos que aparecen en el libro son tomados de la Fundación Museos Nacionales. "El 80% de las reproducciones —que por cierto son a color— pertenece a las colecciones de los museos. Aprovecho el texto como una oportunidad de estudiar las colecciones de arte nacional y latinoamericano de toda las épocas. Hago énfasis en el patrimonio que tenemos e invito a los alumnos a que vayan a ver esas obras en los museos".

El papel que juegan los departamentos de educación de los museos es fundamental para lograr una mayor comprensión de las artes visuales. Sin embargo, estas instituciones no son aprovechadas de la mejor manera. En primer lugar, porque los museos venezolanos no cuentan con visitas virtuales a través de Internet, y programar recorridos in situ luce cada vez más cuesta arriba. "En la época de la 'esquina caliente’ fui con mi clase a apreciar el arte colonial en las instituciones que están ubicadas en torno a la Plaza Bolívar y me tocó correr con mis alumnos", cuenta Farfán.

Matos sugiere que se flexibilicen los programas para aprovechar las exposiciones de cada ciudad. "No hablo sólo de Caracas. En el interior hay pocos museos. Por esa razón los estudiantes no tienen la oportunidad de ver obras emblemáticas del patrimonio en vivo, porque la mayor parte de ellas está en la Galería de Arte Nacional. Sin embargo, ahora que se habla de la democratización de la cultura, los colegios de las regiones deberían organizar visitas a los talleres de los artistas populares o académicos de la zona. Hay que ir de lo local a lo universal".

Fuente: El Nacional. Caracas, Venezuela.

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