lunes, 18 de febrero de 2013

Escuelas en Haití darán clases en creole




CROIX-DES-BOUQUETS, Haití - 

"Los estudiantes, en sus uniformes blanquiazules, salen de las aulas de su escuela conversando en creole sobre el examen de ciencia que acaban de tomar.

"¿Eske ou te byen konpoze?", pregunta uno de los niños en el patio del colegio. Ello quiere decir "¿Cómo crees que saliste en el examen?"
"No estoy muy segura", responde la niña, también en creole, "estuvo bien difícil".

Los alumnos no hablan mucho francés en la escuela, aunque ese es el principal idioma en que reciben clases. De hecho, menos del 10% de los 10 millones de habitantes del país hablan francés bien, y en la mayoría de las escuelas, hasta los maestros no lo entienden muy bien aunque deben enseñar en él.
El Colegio Louverture Cleary, una institución privada, se ha apartado de esa tradición al empezar a ofrecer clases en creole, que es el idioma en que los niños realmente hablan, en sus casas y en la calle. También se están introduciendo clases en español, el idioma de los países vecinos, y en inglés, que posiblemente los niños necesitarán en su futuro.

"Es cuestión de ser pragmático", dice Patrick Moynihan, el director de la escuela. "Realmente, se trata de que somos parte de esta región".

En otros colegios los alumnos sufren dificultades al tener que usar libros de texto en francés y lidiando con un idioma que en gran parte es un idioma extranjero, en este país que fue colonia francesa pero que hoy en día tiene más influencia de Estados Unidos y Latinoamérica.
En muchas escuelas, los alumnos aprenden sus lecciones en francés de memoria, sin entenderlo.

"Es muy difícil para mí porque yo no hablo francés en casa, mis padres no hablan francés en casa", comenta Alexandra Julien, de 14 años, quien va a otra escuela.

"En casa hablamos creole", añadió mientras caminaba a sus clases.

Tres años después del devastador terremoto que mató a más de 200.000 personas, el deficiente sistema educativo haitiano sigue siendo un obstáculo para educar bien a la población y darle los conocimientos necesarios para reconstruir al país.

La constitución haitiana, que data de 1805, estipula que la educación primaria es gratuita y obligatoria. Pero la calidad de la educación ha decaído con los años y quedó arruinada con las dictaduras de Francois "Papa Doc" Duvalier y su hijo Jean-Claude "Baby Doc", que llegaron a su fin en 1986. Muchos profesionales e intelectuales haitianos huyeron del país, dejando un vacío de talento del cual Haití nunca se ha recuperado.
Un 30% de la juventud haitiana es analfabeta, según la UNICEF, y sólo la mitad tiene los recursos económicos para asistir a la escuela primaria. Menos de una cuarta parte llegan a la secundaria.
En un estudio publicado en el "Fletcher Forum of World Affairs" en el 2011, el autor Brendan McNulty reportó que el 80% de las 16.500 escuelas primarias de Haití son privadas, y están exentas de cumplir con estándares académicos. El artículo hablaba sobre las necesidades para reconstruir el sistema educativo haitiano después del sismo.
Al igual que la escuela Louverture Cleary, varias organizaciones dentro y fuera del país sostienen que la crisis educativa de Haití podría resolverse en parte si a los niños se les enseña en creole, un idioma que realmente entienden.

"Hemos perdido tantos Einsteins debido a esa barrera del idioma", declaró Michel DeGraff, un experto en el creole, nacido en Haití, que trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. DeGraff dirigió una seminario de cuatro días hace pocas semanas para enseñarle a los maestros a incorporar el creole en sus clases de matemáticas y ciencias, con el objetivo de desmentir la creencia de que el creole es demasiado primitivo para ser usado con esas funciones.

En otro indicio del potencial educativo del creole, la Agencia para el Desarrollo Internacional, una organización de Estados Unidos le otorgó el año pasado un contrato de 12,9 millones de dólares al grupo sin fines de lucro RTI International, a fin de crear un currículum que incluya el creole.

El grupo humanitario Concern Worldwide también está entrenando a maestros para que usen el creole y está redactando libros de texto en ese idioma. La Universidad de Duke recientemente realizó un curso de lingüística en creole para académicos haitianos y estadounidenses en Durham, Carolina del Norte, en que el idioma haitiano es tratado como un tema de serio debate académico.

El creole haitiano, derivado del francés y de idiomas del oeste de Africa, es la "lingua franca" del país, pero no fue sino hasta 1961 que fue declarado, junto con el francés, uno de los dos idiomas oficiales.
El presidente Michel Martelly y otros funcionarios públicos frecuentemente oscilan entre los dos idiomas en sus ruedas de prensa o en otras apariciones públicas, dependiendo de si la audiencia es nacional o internacional, y posiblemente saben hablar inglés o español debido de sus experiencias en el extranjero. En las calles de Puerto Príncipe se escucha más el inglés que el francés, por la influencia de la cultura pop en que los jóvenes siguen a celebridades como Rihanna, Justin Bieber y Lil Wayne.

Sin embargo, el francés es el idioma de la clase alta, el que se usa en eventos formales y en comunicados oficiales, y en los mercados de lujo en las montañas, lejos de los barrios de pobreza. Aunque se usa por haitianos de todos los estratos sociales, el creole es considerado el idioma de las masas empobrecidas.
Como resultado, a los padres haitianos frecuentemente no le importa que sus hijos aprendan en francés aun cuando sus maestros apenas dominan ese idioma. Los niños que logran ir a la escuela por lo general estudian en creole los primeros tres años de la primaria y en francés el resto. Por lo general los alumnos aprenden poco y pocos de ellos aprueban los exámenes nacionales.

El presidente Martelly hizo campaña prometiendo mejorar el sistema educativo del país, y el gobierno dice que le ha pagado la matrícula escolar, en escuelas tanto públicas como privadas, a más de un millón de chicos, aunque hay algunos que se mantienen escépticos.

Algunos empleados del sistema educativo, sin embargo, son renuentes a dejar de lado el francés.
El gobierno ha dado cursos para maestros en que se les enseña a entender mejor el francés, y algunos docentes insisten en que el francés es necesario mientras no existan los libros de texto en creole.

"El francés sigue siendo un idioma muy simbólico para los haitianos", expresó Pierre Michel Laguerre, un consultor para el Ministerio de Educación que supervisa el currículum para los colegios. "Es un idioma con el que tenemos una historia. Muchos de nuestros autores han ganado prestigiosos premios de literatura en el mundo francófono. No podemos dejar de lado al francés".

Los defensores del creole sostienen que hay bastantes libros en ese idioma y citan como ejemplo la casa editorial Educa Vision, Inc. en la Florida, que produce esos materiales. Sin embargo, reconocen que cuesta mucho dinero importar esos materiales a Haití y que con frecuencia son demorados en la aduana.
La escuela Louverture Cleary ha tenido un historial de éxitos académicos.

Sus alumnos de destrezas acentuadas pero de familias de recursos limitados y reporta un 98% de éxito en el número de estudiantes que aprueban el examen nacional, comparado con una tasa de 30% a nivel nacional.
Una pared de la escuela porta un desafío, no en francés, sino en creole: 

"Nou pare poun rebate ayiti, e ou?" _ "Estamos listos para reconstruir Haití, ¿y tú?"
Jeff Thomas responde que sí. El joven de 18 años de edad dice que sus nuevos conocimientos de idioma van más allá de su deseo de ser un programador de computadoras.

"Si yo me encuentro con un extranjero ... para poder ayudarlo necesito saber inglés para entender lo que dice", comenta Thomas en inglés, aunque con un fuerte acento.
Moynihan enfatiza que la Escuela Louverture Cleary es sólo uno de muchos posibles modelos para el resto de las escuelas de Haití, y que se ciñe a los lineamientos del Ministerio de Educación. A diferencia de la mayoría de las escuelas secundarias, allí los alumnos ya dominan el creole, hablado y escrito, algunos incluso a nivel de jardín de infancia.

"Lo más lindo de la manera en que Louverture Cleary considera el idioma es que sabemos que es un puente, es un puente para la comunicación", dijo Moynihan”.
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Contribuyeron a este reportaje el corresponsal de la AP Evens Sanon y el videografo Pierre-Richard Luxama.




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